En general, no busques financiar necesidades de largo plazo con dinero que debes regresar a corto plazo.
Por ejemplo, un crédito a corto plazo funciona para comprar inventario o hacer alguna reparación en tu negocio que sea estrictamente necesaria para operar, pero no para comprar equipos o invertir en cambios / mejoras que representen una inversión fuerte que no será retribuida de inmediato.
No pagues otras deudas.
Nunca utilices dinero de la empresa para financiar asuntos personales, no pagues el arrendamiento de tu coche, no financies viajes familiares, tus gadgets en Amazon… ¡Cualquier cosa que no sea estrictamente para que tu negocio siga generando dinero! De esta manera, mantendrás un negocio sano y sostenible. Más adelante podrás disfrutar los beneficios de haber invertido los recursos correctamente sin culpas y con mayor libertad financiera.